Cómo lavar y engrasar la bicicleta (tercera parte)
En las pasadas dos entregas hemos visto cómo se debe eliminar la grasa y la suciedad encastrada de los elementos más delicados de la bicicleta para poder hacer un correcto mantenimiento y garantizar el buen estado de los componentes de nuestra máquina, especialmente si practicamos este deporte en la montaña o por caminos de senderismo. Pues bien, hoy vamos a ver la tercera y última parte de esta trilogía, en la que ya con la máquina limpia tendremos que poner el aceite especial para bicicletas.
Limpiando los componentes vitales de la bicicleta
Antes de aplicar el aceite especial para bicicletas, y aprovechando que ahora ya tenemos los componentes sin la mugre que hemos ido acumulando en nuestros paseos por el monte o las carreteras de la provincia, convendría limpiar las superficies, y para ello vamos a utilizar un cubo de agua, un bote de lavavajillas y una esponja o una bayeta de microfibras.
Lo primero que tenemos que hacer es mojar toda la bicicleta con cuidado, incluidos los componentes que hemos desengrasado, con una mezcla de agua y lavavajillas. Ahí frotamos con cariño las piezas hasta que sintamos que ya no queda resto alguno de suciedad, momento en el cual se da un segundo lavado a la máquina con agua; más que nada para eliminar los restos del lavavajillas. Finalmente con la bayeta de microfibras secamos los componentes.
En este punto hay que tener en cuenta que la manera en la que hayamos echado el agua influye mucho en el resultado final, pues será vital que no haya quedado parte encasquetada en los recovecos de los piñones o la cadena; es decir, hay que asegurarse de que la bicicleta haya quedado bien seca. Y si para ello hay que utilizar una aspiradora, que así sea. Un método un tanto brusco pero muy efectivo antes de poner el aceite especial para bicicletas. También habría que aclarar que no es conveniente echar el agua con una manguera, pues además de que por la presión puede quedar líquido en el buje o el trayecto de los latiguillos, podríais llegar incluso a dañar algún que otro componente si se aplica el chorro a mucha presión. Así que ya sabéis, esponja y paciencia.
Lubricando la bicicleta
Una vez la bicicleta está reluciente y seca toca aplicar el lubricante para que las piezas movibles puedan engranar de manera correcta sin causar daños mecánicos. Para ello vamos a utilizar un aceite especial para bicicletas y lo aplicaremos en todos los elementos de la transmisión, echando unas gotas en la cadena (la pieza que más llevará), en las roldanas del desviador trasero y en general en todos los componentes por donde pase la cadena. Ahora bien, tened cuidado en utilizar un aceite específico para bicicletas, que podréis encontrar en centros especializados; es decir, que no vayáis a utilizar aceite de oliva o girasol, que si bien están muy buenos y sirven de maravilla para engrasar bisagras aquí no aplican.
Y finalmente hay algunas piezas determinadas que engrasaremos con grasa sólida, dejando de lado el aceite especial para bicicletas. Por lo general son aquellos componentes que no requieren de tanto mantenimiento: los latiguillos de los frenos y los cambios o las tijas del sillín y el manillar.