El Tour de 1992 (IX)

 

Con estos condicionantes que ya te hemos indicado se pone en marcha la novena etapa del Tour de Francia de 1992, aquella afamada contrarreloj de Luxemburgo que verá nacer un mito. El del Extraterrestre. El del nuevo Monsieur crono.

 

Y pronto se va a ver que esta crono no será una más. En primer lugar el calor es asfixiante, y el recorrido, quebrado y lleno de trampas, ayuda a que las diferencias se vayan haciendo enormes. El gran tiempo de referencia es el del corredor francés Armand de las Cuevas, ciclista peculiar y persona  más peculiar aun, de la que algún día habrá que escribir un par de historias, y que es el encargado de ir marcándole los parciales a su jefe de filas (aunque en ocasiones el bueno de Armand se olvidara de este hecho) Miguel Indurain. Y lo hace tan bien que su tiempo es el mejor en la meta, y se mantendrá como uno de los más destacados hasta el final, como veremos.

 

El invitado inesperado

El Tour De 1992 (Ix) 1

Debido a los sucesos de los últimos días (escapadas bidón, ataques sin respuesta y contrarreloj por equipos) es el navarro el primero de los líderes en hacer su puesta en escena, al menos el primero de entre los que realmente cuentan para ganar el Tour. Nada más salir la sensación es positiva, puesto que ante sí tiene un recorrido perfecto para sus características, con mucho calor y algo de viento racheado. Ideal para marcar diferencias. E Indurain, perfectamente acoplado en su cabra, parece que quiere dar un golpe en la mesa.

 

En este mismo instante comienza una situación que añadirá un punto más de mítica a esta etapa. Y es que la televisión francesa apenas ofrece imágenes de Indurain en todo el recorrido, de tal forma que no se puede ver rodar al ciclista de Banesto sobre su bicicleta de contrarreloj en casi ningún momento. Las cámaras se centran en el líder Lino, en Lemond, en Bugno y prácticamente obvian a Indurain, lo que aumenta la sensación de irrealidad sobre lo que estaba a punto de pasar.

 

Y lo que está a punto de pasar es que Indurain destroza el primer parcial, alejando a una distancia sideral al mejor tiempo allí hasta el momento, que no es otro que el de su compañero Armand de las Cuevas. Una performance impresionante, pero que queda a la espera del paso de los favoritos para conocer realmente la medida de su grandeza.

 

Acabando con las dudas

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Y esta acaba por sorprender a todos. Las distancias cuando van llegando los líderes al primer paso intermedio son propias de final de contrarreloj. Se empieza a hablar de un momento histórico, de distancias solamente vistas en un pasado remoto, de una jornada que quedará para siempre en la épica del Tour. Alguien dice, en este momento, que Indurain es un Extraterrestre. Y la definición, que nunca gustó al navarro, cala inmediatamente.

 

Aunque él en ese momento no lo sabe, y solamente se centra en seguir dando pedales lo más fuerte que puede. Se acerca al punto cronometrado de mitad de contrarreloj, y allí le espera un reconocimiento muy especial.

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