En clave de humor: cómo ligar con l@s ciclistas

Si uno va a cualquier ciudad holandesa, verá cómo la gente, empezando por los jóvenes, hacen vida social sobre la bicicleta. Todas las ciudades del país están surcadas por carriles-bici, y no es difícil encontrar a jóvenes con una mano en el manillar y la otra en el móvil. U observar conversaciones a la par, o trazar planes para esta noche.

Esto, las relaciones sociales “ciclistas”, empiezan a ser una costumbre en ciudades como Sevilla o Zaragoza, donde una masa importante ya se desplaza en bici. En ambas más del 10% de los desplazamientos recurren a este medio de transporte ecológico, sano y sostenible.

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La gente que va en bici se suele solidarizar con sus colegas de transporte, bien sea porque en España aún no nos hemos lanzado en masa a recurrir a las dos ruedas sin motor, bien porque las ciudades no cuentan con la protección necesaria. No obstante, en Merkabici proponemos una serie de consejos para quien busque su media naranja pedaleando. Una serie de consejos que solo se pueden leer en clave de humor. Ahí van:

  1. Intenta seguir la misma dirección del amado o amada en cuestión. Si hay carril bici, mejor que mejor. Es inútil ir en sentido contrario o cruzarse, porque apenas reparará en ti quien deseas que repare. Atención: no se te ocurra atosigar, incluso perseguir, al susodich@, porque te tomarán por acosador. Para ligar, en bici o a pie, tiene siempre que haber dos partes que estén de acuerdo, y con los ciclistas todo funciona igual. Otea el terreno, y si no tienes nada que hacer no seas pesad@.
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  2. Aprovecha tu oportunidad. Ponte a la par. Es posible que vayáis a la misma dirección, o que tú decidas repentinamente que vas a ir en la misma dirección que él o ella. Aquí entra en juego tu ingenio: entabla una conversación animada, pregúntale sobre sus aficiones, intenta no parecer cargante y déjale hablar. No tendrás todo el día, porque habrá ciclistas que os quieran adelantar y te asustarán con un bocinazo o grito.
  3. Apréndete las señales de tráfico. Te ayudará a pararte a la vez que tu objetivo. Las ciudades esconden miles de trucos, y también miles de trampas: ese semáforo al que es imposible llegar, ese paso de cebra poblado, esos carriles de bici atestados de ciclistas. Si resulta que tú te paras cuando las señales o los semáforos nos obligan y él o ella sigue adelante, olvídalo: ésa era una relación sin futuro.
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  4. Remata la faena. Invítale a un café. Proponla una cerveza. Plantéale un paseo en bici para el sábado. Convéncela para comer juntos. Agasájale para ir al parque por la tarde. Tantea por si la apetece acudir al cine Lo que sea, pero no puedes irte sin más. Ya has hecho todo lo difícil. Y si te sale mal, tómate el intento en clave de humor. ¡Como este artículo!

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