La Marcha de Juan Martínez Oliver (III)

 

 

Te contábamos el otro día cómo era el primer puerto de la Marcha de Martínez Oliver, y te decíamos que tras su breve descenso debías estar lo suficientemente entero como para prolongar tu esfuerzo. Y es que ahora te enfrentarás a la subida más larga, aunque no la más dura, de la jornada, el Puerto de Ricaveral.

 

Ricaveral, Puerto Para Disfrutar

Ricaveral, Puerto Para Disfrutar

El Puerto de Ricaveral no te asustará por su pendiente media, que no alcanza el tres por ciento y lo convierte en poco menos que un falso llano durante muchas partes de la subida, pero sí que resulta agotador por su distancia, más de 17 kilómetrosTe de esfuerzo donde coger la rueda buena será fundamental, y donde cebarte en el esfuerzo te puede suponer quedar totalmente bloqueado. Más aun si sale un día con viento de cara donde las grandes rectas de esta subida pueden llegar a hacerse interminables.

 

Ten en cuenta, además, que el kilómetros más duro de toda la subida es el primero, casi un siete por ciento, con el cambio de ritmo que eso conlleva y las piernas duras tras el anterior descenso. Por eso es importante que te marques tu propia marcha desde el principio, con el fin de no sufrir ningún tipo de crisis. También tienes que pensar en beber agua abundantemente, ante el previsible calor que puede hacer ese día.

 

Un lugar especial

La Marcha De Juan Martínez Oliver (Iii) 1

Después de eso kilómetros y kilómetros de poca pendiente, apenas superando el cuatro por ciento, y con continuas bajas que nos permitirán recuperar el aliento pero que, a la vez, nos impiden imponer un ritmo constante. Todo ello por una carretera entretenida, sombreada en ocasiones y con bastante buen firme. Eso sí, con presencia frecuente del viento y con una pendiente que hace que este sea un puerto muy sencillo de subir a rueda pero que pueda convertirse en todo un infierno cuando uno pierde el grupo bueno, quedando totalmente expuesto. Sin duda un sitio para ir ascendiendo poco a poco, aprovechando con inteligencia los escalones de descenso a los que nos enfrentamos (a los cinco kilómetros de iniciar la subida, justo en el kilómetro once y apenas mil metros más adelante, todas ellas bajadas largas de casi un kilometro cada una) y sobre todo guardar fuerzas para lo que nos espera, ya que el siguiente puerto es sin duda el más duro de la jornada. Una breve bajada de unos cinco kilómetros, muy cómoda, nos dejará ante el tercer puerto de la jornada, el más duro de todos, que no es otro que el Alto del Castro de Filabres. En la subida a este puerto se producirá un tramo libre que repartirá diversos premios al más rápido en las categorías masculina y femenina- Así que ya sabes, hay que intentar apretar un poquito para no quedar descolgado…pero sobre todo hay que disfrutar con una subida tan espectacular como escénica, pura alta montaña que nos lleva más allá de los 1300 metros, pensando que hemos salido desde casi el nivel del mar. Todo un reto.

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